
Durante el pasado mes de diciembre la
Gran Sabana sufrió el ataque de rustiqueros que rompieron varias normas sobre el uso de este Parque Nacional. A cuenta de superar cualquier obstáculo, se dedicaron a abrir nuevas trochas o caminos. Esta práctica está totalmente prohibida debido a la fragilidad del suelo de este Parque Nacional que, una vez intervenido, nunca logra recuperarse de la agresión. Además, dejaron los alrededores de varios saltos de agua llenos de basura y encendieron fogatas, ambas practicas también prohibidas por las mismas razones. Los responsables de este delito ambiental no fueron sancionados y, en mi opinión, también las autoridades estadales y las autoridades del
Instituto Nacional de Parques son corresponsales de este acto de irrespeto a la naturaleza.